El objetivo de este Sitio, es poner a disposición y promever el resultado de un trabajo colectivo que acuño distintos relatos y testimonios que fueron transcritos, interpretados y registrados y que se constituyen en un importante patrimonio histórico local, que debe ser atesorado y traspasado a las generaciones actuales y a las generaciones venideras.
lunes, 8 de junio de 2009
Memorias del Siglo XX en Frutillar
El objetivo de este Sitio, es poner a disposición y promever el resultado de un trabajo colectivo que acuño distintos relatos y testimonios que fueron transcritos, interpretados y registrados y que se constituyen en un importante patrimonio histórico local, que debe ser atesorado y traspasado a las generaciones actuales y a las generaciones venideras.
viernes, 5 de junio de 2009
Metodología de Trabajo para abordar el Hecho de interés común: El Poblamiento de Pantanosa.
Testimonio oral en Jornada de Trabajo
jueves, 4 de junio de 2009
Antecedentes del Poblamiento de Pantanosa
Antes de la llegada de los primeros colonos de Pantanosa, el terreno era de propiedad de la Armada de Chile, quienes habían asentado una Base Naval para las comunicaciones a través de la instalación de dos Antenas Radiales que hacían enlace con Puerto Montt.
Origen del Nombre...
El terreno de Pantanosa, era un monte muy húmedo y barroso, de difícil acceso para personas y animales, era muy común que se inundará en cada invierno, razón por la cual los primeros colonos lo denominaron Pantanosa.
Nos cuenta la Señora Clénida Nié que: "el origen del nombre se refería a que los terrenos más que húmedos eran pantanosos, uno al pisar, el barro chupaba la bota o el zapato, no era solo agua, esta era una tierra… Cuando hicieron el camino principal, que hoy es Los Aromos, el barro lo sacaban por camionadas y tuvieron que sacar mucho barro para poder poner ripio, para que quede apto para el tránsito".
Inicio del poblamiento...
Por orden de la Armada, se inicia el poblamiento, y se inicia con familias de trabajadores que prestaban servicios en la limpieza de los territorios de su propiedad y en la extracción de leña. La Armada no les pagaba un salario, razón por la cual les entregó a cada familia una hijuela para su uso familiar, con la indicación de que “hasta donde alcancen a limpiar es de ustedes”, indicación que motivó a los colonos a trabajar incansablemente en la limpieza de sus terrenos.
¡Siempre se buscaba limpiar más!, nos cuenta la Señora Olga Emhart, también, que su padre trabajaba para la armada; “mi papá limpiaba… no descansaba, no dejaba ni un día libre, era muy trabajador, mi papá que trabajó poco tiempo para la armada, después lo dejaron que lo use no más, que lo explote”.
martes, 2 de junio de 2009
lunes, 1 de junio de 2009
Familias Colonas
Don Plutarco Serón, a quien se le asignó la Hijuela N° 4.
A don Plutarco no se le conoció descendencia, se dice que tuvo un hijo pero no se recuerda haberle conocido una esposa.
Don Santiago Andrade Navarro, a quién se le asignó la Hijuela N° 7.
Llegó al lugar con su esposa Matilde Gómez, con la cual tuvo trece hijos: Pedro, Ismael, Adalio, Adelicia, Rosa, Clarisa, Eliseo, Nora, Florentina, Delfina, Guillermina, Prosperina y Marta, la menor de todos. Desde que llegó Don Santiago al lugar, los vecinos lo apodaron como "Sapito del Barro", haciendo alusión al terreno en que vivía y a su estatura. El apodo trascendió en el tiempo, y es conocido y mencionado hasta la actualidad de esta forma.
La señora Adelicia Andrade nos cuenta: "yo tenía 10 años cuando llegué ahí (hoy tengo 75 años), lo que recuerdo del lugar es que era sólo monte, lleno de quila y todo con barro, empantanado, mi primera casa en el sector era de “junquillos”, se construyó con palitos partidos. Mi padre se dedicaba a vender leña en el pueblo. Su madre, Matilde, recordada por todos los invitados por "su disponibilidad para ayudar al club deportivo, hasta les cocinaba a los deportistas. Además, se recuerda a la familia Andrade por sus comidas, especialmente cuando alguien fallecía, ya que se seguía la costumbre de que la familia preparara una “olla” de cazuela de cordero, por lo que no faltaba en todo velorio. Además, ella hacía sonar una campana para el año nuevo, gracias a ello toda la población sabia que había llegado un nuevo año".
Don Fabián Cárcamo, a quien se le asignó la Hijuela N° 8.
Vivió con su esposa Rosita Ancapán, junto a sus cuatro hijos: Ema, Alberto, Elba y Alejandro, más conocido como "capán". La Señora Rosita tenía una hija de soltera de igual nombre a ella, quien ante la muerte de su madre, se unió a Don Fabián Cárcamo, naciendo de esta unión dos hijos: Felisa y Benigno.
Don Roberto Maldonado, quien vivió junto a su esposa Doña Rosa
Andrade y su hijo Rubén.
Don Isaías Emhart Ampuero, a quien se le asignó la Hijuela N° 3.
Vivió junto a su esposa Eva Del Carmen Cofre Santana y sus siete hijos: Yolanda, Siro, Olga, Raquel, Silvia, Uldalicia y Agrelo, quien falleció.
La señora Olga Emhart, recuerda su llegada, junto a su padre y señala: el terreno era sólo monte, se componía sólo de huellas, ni siquiera entraban los caballos, estos quedaban empantanados en los terrenos, su familia se instaló en él, previamente limpiado por ellos mismos, “a puro machete” y comenzaron luego a crecer con animales".